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Pedro Planas en México

por María de la Luz Gayol Mejía
Rosa Poy Martí, in memorian

Corrían los años sesenta cuando la Dra. Rosa Poy Martí, catalana de nacimiento pero trasterrada a México desde 1939, tuvo que ir a Barcelona para someterse a una operación de los ojos en la Clínica Barraquer. Durante su convalecencia la visitó un antiguo colega, el Dr. Pericot, que iba acompañado por el Dr. Planas, que había también sido contemporáneo de estudios de la Dra. Poy en la Facultad de Medicina de Madrid. Fue entonces cuando Planas invitó a Rosita a visitar su clínica, que en aquel entonces estaba ubicada en las calles de Claudio Coello. La Dra. Poy quedó encantada con los procedimientos que Planas estaba aplicando a sus pacientes y, cuando regresó a México, me contagió su entusiasmo y por fin yo me enteraba de alguien que proponía que los tratamientos de las mal llamadas maloclusiones habrían de empezase a temprana edad y que no había que esperar hasta la dentición permanente como aconsejaban los ortodoncistas de entonces.

En aquella época yo estaba al frente de la Sociedad Mexicana de Odontología Infantil, que es filial de la Asociación Dental Mexicana; en dicha Sociedad la Dra. Poy formaba parte de nuestro equipo en la Sección Científica, de tal manera que ella y yo coincidimos en que era necesario invitar al Dr. Planas a México para que dictara un Curso intensivo teórico-práctico sobre Rehabilitación Neuro-Oclusal (RNO).

No fue cosa fácil vencer la oposición que se desató, pues en aquel tiempo existía un rechazo absoluto a todo lo que no fuera la ortodoncia hecha bajos los cánones ortodoxos. Contra viento y marea nos pusimos a trabajar y logramos tener una asistencia de alrededor de 75 participantes al primer curso dictado en México por Pedro Planas en Septiembre de 1966. En entusiasmo despertado fue amplio, así que tuvimos un segundo en julio y agosto de1968, un tercero en agosto de 1970 y un cuarto en octubre de 1972.

Fue de esta manera como el conocer al doctor Pedro Planas cambió mi vida y mi actividad profesional, pues desde aquel momento la necesidad de involucrarme y prepararme mas ampliamente en la RNO me movió, a la par que a Rosita, a sugerirle a Planas que escribiera un libro; pero en ese momento y aunque él estaba de acuerdo con la importancia de hacerlo, sólo nos contestó que por el momento tenía otras prioridades: sus múltiples compromisos con colegas de diversos países que lo solicitaban para impartir cursos y conferencias, no le permitían el tiempo y la dedicación para escribir. Pero nosotras sentíamos la necesidad de que justamente existiera un texto que pudiese apoyar a todos aquellos que quisieran seguir las enseñanzas del maestro tanto en México como en otros países donde Planas dictara cursos.

Rosita era una persona muy activa y emprendedora. Así fue que entonces le propuso a Planas que pudiéramos publicar en México una compilación de las separatas de las conferencias que había dictado hasta entonces, ya que él no podía dedicarse a la tarea de recopilar y escribir un libro por el momento, proyecto que tendría que esperar hasta 1987. Planas dio su aprobación y fue así como nos hicimos el propósito de llevar a cabo la tarea. Desde entonces empezaron mis continuos viajes a España, tierra de mis mayores a la que no conocía pero a la que siempre que puedo regreso. Planas puso su archivo a mi disposición para que tomara los elementos necesarios y se procediera a hacer la compilación. Traje el material a México y esto fue entre los años de 1968 y 1970. Así que cuando Planas regresó a México para uno de los cursos le presentamos el trabajo, que ya estaba casi en prensa, para que lo revisara y diera su aprobación para la impresión. Así fue como nació el primer libro sobre RNO al que titulamos Génesis de la Rehabilitación Neuro Oclusal, que vio la luz primera en el año de 1972 y que contiene los trabajos presentados por Planas del año de 1945 al año de 1971.

Desde luego que todas las ocasiones que tuve de estar en España las aproveché para quedarme una o dos semanas en la Clínica de Planas, tanto en Madrid como en Barcelona, para aprender cada vez más y beber directamente de la fuente que fue tan pródiga y que nos ha dado la oportunidad de tener una visión integral de lo que es la medicina de la boca, dicho con las propias palabras del gran maestro que fue Pedro Planas.

Ahora ya no lo tenemos más con nosotros, pero su espíritu y las enseñanzas que nos legó siguen vigentes en el CIRNO, organización que él fundó con el anhelo de que fuese un Club de amigos alrededor del mundo que se pudieran reunir e intercambiar sus experiencias y sus conocimientos, sus aciertos y sus errores, para que en una acción conjunta se siga, se fortalezca y se propague la RNO.

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