Todos hemos sido niños y a todos nos ha aterrado ir a ver al dentista. En algunas consultas ésto ya no ocurre. Antes de pasar a ver al odontólogo, a los jóvenes se les entrega materiales de pintura para que den rienda suelta a su imaginación. Después de un rato, entran tranquilos y relajados y les es más fácil entablar una relación afectiva con la persona que les va a atender.

Muchos de los cuadros de estos pequeños se expusieron en la sede de AMA Villanueva, en Madrid, en la muestra Dientes vivos y sanos para toda la vida presentada por la Asociación Española Pedro Planas, entidad que preside Rafael García del Carrizo San Millán. Las pinturas resultaron de lo más variopinto, algo absolútamente lógico, teniendo en cuenta que las edades de los artistas oscilaban entre los 2 y los 12 años.

La exposición se organizó con un triple objetivo: mostrar las pinturas de los niños, dar a conocer las enseñanzas del Dr. Pedro Planas en el campo de la profilaxis dental y ofrecer parte de las ventas de los cuadros a la ONG Odontología Solidaria para que pequeños de familias necesitadas con problemas de ortodoncia reciban una atención adecuada.

Esta iniciativa responde a la forma de entender la salud bucodental del Dr. Planas, eminente odontólogo, autor de numerosas obras sobre la especialidad y creador de la filosofía de la Rehabilitación NeuroOclusal. Su lema, Dientes vivos para toda la vida, es la base de un modelo de odontología concebida como una práctica clínica participativa, profiláctica y curativa. Hasta ahora esta revolucionaria fórmula está dando unos excepcionales resultados.

Y como el prestigiosísimo odontólogo enseñaba, la mejor manera de ponerla en práctica es aplicándola en los pacientes desde la más temprana infancia, desde sus primeras visitas al dentista. Haciéndoles pintar en la consulta se les rompen los esquemas, los pequeños se tranquilizan y se olvidan de todos sus miedos y recelos.

El dibujo sirve además de nexo de unión entre el niño y el profesional que le va a atender, entablándose entre ellos una relación de cordialidad que hace que el niño vea en el odontólogo una persona que le quiere y que va a cuidar de su salud, y, al mismo tiempo, tome conciencia de la importancia de mantener su boca sana.